Cada 22 de agosto se conmemora en México el Día del Bombero. Una fecha que no solo está marcada en el calendario, sino en la memoria de quienes alguna vez fueron auxiliados en los momentos más difíciles.
En municipios del sur de Veracruz, los bomberos y elementos de Protección Civil se convierten en los primeros en llegar y, muchas veces, en los últimos en retirarse.
Apagan incendios, rescatan vidas en accidentes, auxilian en inundaciones y enfrentan cada emergencia con lo más valioso que tienen: su vocación.
Su labor no entiende de horarios ni condiciones.
Bajo el sol más intenso o en medio de la lluvia, cuando la mayoría corre a ponerse a salvo, ellos corren hacia el peligro.
Lo hacen incluso con recursos limitados, demostrando que la voluntad, la disciplina y el amor al servicio pesan más que cualquier carencia.
Hoy es un día para reconocer a quienes siguen en guardia, a los que ya cumplieron su ciclo y también a quienes entregaron su vida en el deber.
Porque ser bombero significa vivir con valor, servir con entrega y nunca soltar la mano de quien los necesita.
A los bomberos de Oluta, Acayucan, Texistepec, Soconusco, entre otros: gracias por recordarnos que todavía existen verdaderos héroes entre nosotros.
